Y el cielo nublo su horizonte,
Y cada una de las gotas,
Pintaron tu rostro hasta cubrirlo,
No podría existir vista mas hermosa,
El cielo oscuro esta ahora,
Y mis ojos susurran mi amor,
Ese que esta siempre que mi alma viva,
No habrá nada que lo pueda cambiar,
Aquel cielo negro hermosamente tenebroso,
Imponente sobre nuestros cuerpos,
Deseosos de sellar el encuentro,
Sellarlo con lo único que nos inmortalizara,
Cielo lleno de vehemencia,
Déjala caer sobre nuestros espíritus,
Combinándola con nuestra esencia,
Llenando ese beso de intensa pasión.
Por: Martín Pérez Ramírez
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