El aroma de tu ser, dulce y
sensual,
En ocasiones alterando mis
entrañas,
Aunque sin duda, es intrínseco en
mi corazón,
Tus manos blancas y gélidas lo
tienen
¡Por favor pálpame! incrústalo en
mi ser,
Tu aliento cálido y ligero lo
porta
¡Por favor! haz tañer mi alma
besando mis labios,
Pero hazlo con toda vehemencia,
Privándome de la respiración,
Enmudeciendo mi resuello.
Por: Martín Pérez Ramírez
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