Soy tu amante incondicional,
Ese amante de tu aroma,
El alma que con vehemencia desea tu piel,
El que hace de ti lo único inherente,
Amante del carácter porfiado que hay en ti
Lo amo tanto que te deseo aun más
Me hace caer en la realidad de tu existir,
Pero no me quiebres,
¡no lo hagas! No con el látigo,
El látigo quemante de tu indiferencia,
Pues si transcurre una eternidad,
Yo siempre seré tu amante incondicional
Por: Martín Pérez Ramírez